Mañaneros domingos resacosos, de chela caliente y mosh jarcorero;
Slameamos con el Kreador y la Muerte, el Eskorbuto y los Sepultureros
Sangre, sudor, caguamas en bolsa, portazo y moshpit fueron mis andanzas;
A patada feroz irrumpen mil demonios, en la catedral del Metal, arena Tlanepantla
1- “La canción de Tijuana” es el texto de apertura del libro “La verdad de Agamenón”, imperdible mosaico ensayístico de Javier Cercas. En esos primeros párrafos, el escritor extremeño narra su experiencia en tierras tijuanenses en 2003 y dedica no pocas palabras a describir su visita al célebre Adelitas, en la calle Coahuila, a donde lo llevó de paseo su colega Luis Humberto Crosthwaite. Javier Cercas, al igual que Joaquín Sabina, Juan Villoro, Carlos Monsiváis, Gustavo Cerati, Enrique Bumbury, Manú Chao y una larguísima fila de artistas e intelectuales, ha sido un “turista sexual’’ que han ido a generar derrama económica a nuestra rojísima zona. Nos guste o no, para mil y un recién llegados a Tijuana, el mayor atractivo de nuestra ciudad es ir a empaparse de su leyenda negra. El mismo Rafa Saavedra, parafraseando a Cerati, inmortalizó el “paseo inmoral” para referirse al tour coahuilero que todos los recién llegados solicitan. Cuando un intelectual visita Tijuana no suele solicitar que lo lleven a la Casa de la Cultura de la Altamira; pide que lo lleven a la Coahuila. Amigos de la comunidad cultural, por favor no le jueguen al mojigato ni hagan como que la virgen les habla.
2- Según el censo de 1910, Tijuana sumaba en aquel año apenas 969 habitantes, pero de 1921 a 1930 multiplicó por once su población: de los mil 228 habitantes que había al inicio de la década pasamos a 11 mil 271 en tan solo nueve años. En términos censales esto es algo totalmente fuera de toda proporción. Semejante multiplicación poblacional, hito sin igual en la historia demográfica del país ¿se logró acaso por el elevado desarrollo de la agricultura y la ganadería en nuestras tierras? ¿Fue población estudiantil que venía a vivir a Tijuana para inscribirse en sus múltiples universidades? ¿Eran obreros que venían a trabajar a sus incontables fábricas? No mis amigos. El primer gran “boom” económico y demográfico de Tijuana va asociado, les guste a ustedes o no, a la industria de la noche. El juego, el alcohol, la prostitución y todo aquello que el puritanismo de Wilson prohibía a los estadounidenses, sentó los cimientos y las bases de nuestro crecimiento económico. El desarrollo de Tijuana no se explica sin ellos.
3- Mis amigos, les voy a contar un secretito, pero por favor no se lo digan a nadie: la mayoría de la gente que visita Ámsterdam no lo hace para ver a Rembrandt y a Van Gogh y quienes visitan Tailandia no suelen ir atraídos por los templos budistas. Las zonas rojas son polos de atracción y generan derrama. Esconderlas o negarlas no sirve de nada
4- Cuando de asuntos sexuales hablamos, creo que todo aquello que sea de mutuo acuerdo y entre adultos -sea por fatal atracción, bobo enamoramiento o transacción comercial- se vale y es lícito. Si es entre uno o entre muchos, si es entre hombres, mujeres y todo a la vez, por orificios convencionales o alternativos es cosa que pasa a segundo término si hay conciencia y consentimiento. Si hablamos se trata de infantes o explotación de migrantes, entonces es tarea del INM, de la PGR y del DIF no hacerse de la vista gorda.
5- En la carretera escénica hay no pocos anuncios panorámicos del Hong Kong y el Adelitas que se renuevan periódicamente cada mes. Jamás verás un anuncio viejo o fuera de temporada y tampoco uno mal diseñado, lo que me lleva a concluir que esos negocios no pasan por una época de vacas flacas
Saturday, October 31, 2015
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