Leo en el blog de Nicolás Cabral unas interesantes reflexiones en torno al tratamiento que da la izquierda mexicana, concretamente el diario La Jornada, al conflicto vasco.
Cito textualmente la parte que me parece más interesante de la reflexión:
“Arriesgo una hipótesis: al resentimiento. Algunos siguen viendo a España como un enemigo, como un gobierno que oprime a los aborígenes vascos (como oprimió a los mexicanos). ¿Alguna vez se han paseado los reporteros del periódico por las calles de San Sebastián? Les abriría un poco los ojos observar esta ciudad, que refleja a la comunidad "española" con el mejor nivel de vida, con el mayor ingreso per cápita. Los vascos son un pueblo de una prosperidad notable, envidiable. Euskadi no es Chiapas, que lo entiendan de una vez”.
Coincido totalmente con la hipótesis. Hay demasiada gente de mentalidad estrecha practicante de un deprimente patrioterismo, que insiste en ver a España como un eterno opresor. Recuerdo 1992, cuando yo laboraba en una tienda de discos y mis compañeros, que eran indigenistas radicales, se la pasaban gritando consignas contra el Quinto Centenario planeando la mejor forma de destruir el monumento a Colón. Dentro de lo ridículo y patético que ya de por sí es el patrioterismo mexicano, las actitudes anti ibéricas me resultan el grado más insultante de ignorancia. Ahora bien, en torno a los efectos o influencia del nacionalismo vasco en la izquierda mexicana algo me ha tocado ver. En gran medida por la influencia del “rock radikal vasco”, llámese Kortatu, Negu Gorriak, La Polla Records y Eskorbuto (entre otros) muchos punkies y seudoanarquistas mexicanos se declaran etarras. Por supuesto, ceden a la tentación de comparar (y vaya odiosa comparación) a Chiapas con Euskadi.
Tal vez ignoren o no sean capaces de deducir, que las letras de anarquistas como La Polla y nihilistas absolutos como Eskorbuto, condenan todo tipo de nacionalismo. Para no ir más lejos, donde menos pudo tocar en vivo Eskorbuto, fue en su natal Bilbao, pues su canción titulada “A la mierda el País Vasco” les acarreó el desprecio de los nacionalistas. Negu Gorriak es otra historia.
En términos historiográficos, la comparación entre Chiapas y Euskadi es simplemente absurda y lo único que refleja es ignorancia.
He tenido la oportunidad de caminar lo mismo por las calles de Tuxtla Gutiérrez que de de San Sebastián y Bilbao y no, no encuentro punto alguno de comparación. Por lo demás, debo decir que San Sebastián es una de las ciudades más hermosas que he visitado en mi vida. Es de esos lugares donde en verdad me gustaría vivir. El absurdo nacionalismo de ETA es absoluta minoría en Euskadi. Los vascos son un pueblo orgulloso de su origen, pero ello no significa que tengan delirios separatistas.
Como dato aparte, cabe mencionar que la mayoría de los vascos, separatistas o no, se expresan en euskerra mientras que los más radicales unamitas teólogos del indigenismo en barata receta Marcos, no saben una palabra de náhuatl.
Cito textualmente la parte que me parece más interesante de la reflexión:
“Arriesgo una hipótesis: al resentimiento. Algunos siguen viendo a España como un enemigo, como un gobierno que oprime a los aborígenes vascos (como oprimió a los mexicanos). ¿Alguna vez se han paseado los reporteros del periódico por las calles de San Sebastián? Les abriría un poco los ojos observar esta ciudad, que refleja a la comunidad "española" con el mejor nivel de vida, con el mayor ingreso per cápita. Los vascos son un pueblo de una prosperidad notable, envidiable. Euskadi no es Chiapas, que lo entiendan de una vez”.
Coincido totalmente con la hipótesis. Hay demasiada gente de mentalidad estrecha practicante de un deprimente patrioterismo, que insiste en ver a España como un eterno opresor. Recuerdo 1992, cuando yo laboraba en una tienda de discos y mis compañeros, que eran indigenistas radicales, se la pasaban gritando consignas contra el Quinto Centenario planeando la mejor forma de destruir el monumento a Colón. Dentro de lo ridículo y patético que ya de por sí es el patrioterismo mexicano, las actitudes anti ibéricas me resultan el grado más insultante de ignorancia. Ahora bien, en torno a los efectos o influencia del nacionalismo vasco en la izquierda mexicana algo me ha tocado ver. En gran medida por la influencia del “rock radikal vasco”, llámese Kortatu, Negu Gorriak, La Polla Records y Eskorbuto (entre otros) muchos punkies y seudoanarquistas mexicanos se declaran etarras. Por supuesto, ceden a la tentación de comparar (y vaya odiosa comparación) a Chiapas con Euskadi.
Tal vez ignoren o no sean capaces de deducir, que las letras de anarquistas como La Polla y nihilistas absolutos como Eskorbuto, condenan todo tipo de nacionalismo. Para no ir más lejos, donde menos pudo tocar en vivo Eskorbuto, fue en su natal Bilbao, pues su canción titulada “A la mierda el País Vasco” les acarreó el desprecio de los nacionalistas. Negu Gorriak es otra historia.
En términos historiográficos, la comparación entre Chiapas y Euskadi es simplemente absurda y lo único que refleja es ignorancia.
He tenido la oportunidad de caminar lo mismo por las calles de Tuxtla Gutiérrez que de de San Sebastián y Bilbao y no, no encuentro punto alguno de comparación. Por lo demás, debo decir que San Sebastián es una de las ciudades más hermosas que he visitado en mi vida. Es de esos lugares donde en verdad me gustaría vivir. El absurdo nacionalismo de ETA es absoluta minoría en Euskadi. Los vascos son un pueblo orgulloso de su origen, pero ello no significa que tengan delirios separatistas.
Como dato aparte, cabe mencionar que la mayoría de los vascos, separatistas o no, se expresan en euskerra mientras que los más radicales unamitas teólogos del indigenismo en barata receta Marcos, no saben una palabra de náhuatl.